Botánica.

Botánica.

¿Sabías que el café viene de la fruta de un arbusto llamado cafeto?

El café, esa deliciosa bebida que tanto disfrutamos, proviene de las cerezas del cafeto, un arbusto que puede alcanzar hasta 4 metros de altura y se caracteriza por sus hermosas flores blancas y fragantes. Estas flores, una vez marchitas, dan paso a las cerezas, las cuales tardan entre 6 y 9 meses en madurar.

Dentro de estas cerezas se encuentran dos semillas, que son los granos de café, cubiertas por una fina película plateada y una piel más dura conocida como pergamino. Alrededor de estas partes, hay una pulpa, también llamada mucílago, y la piel exterior de la cereza.

A medida que la fruta madura, la pulpa se vuelve gelatinosa gracias al desarrollo de azúcares y pectinas, mientras que la piel cambia de color, pasando del verde al amarillo, rojo, naranja o incluso rosa, dependiendo de la variedad. Es todo un proceso fascinante que culmina en la deliciosa taza de café que tanto disfrutamos.

 Cada vez que hablamos sobre el café, asumimos por defecto que el fruto esta producido por las especies de coffea Arábica. En verdad hoy en día hay más de 120 especies de en la familia coffea, pero sólo unas pocas son cosechadas en cantidad. Entre ellas no podemos dejar de mencionar la Robusta (Coffea Canephora), la Eugenoides (Coffea Eugenoides) y la Arabica (Coffea Arabica). 

Durante muchos años la Robusta y la Arábica han sido tratadas como especies diferentes, pero después de estudios botánicos recientes y análisis de secuencia de genes, parece que muy probablemente en algún lugar del sur de Sudán, se produjo la Arábica, qué más tarde se extendió vivídamente por Etiopía.

Todo el café crece entre el trópico de Cáncer y el de Capricornio, donde encontramos los orígenes más conocidos y famosos, yendo desde América Central, América del sur, hasta África, Indonesia, India, etc.

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